Hace unos días que celebramos el primer cumpleaños de mi hermanita y cuanta ilusión me hizo.
Cúando llego Celtia a casa yo quería colaborar en todo lo posible y darle muchos mimos a la pequeña, pero a veces resultaba un poco aburrido porque "mi enana" se pasaba muchas horas durmiendo.
Cuando la pequeña cumplió tres meses mis padres decidieron que empezaríamos a compartir habitación, así que trasladaron su cuna al lado de mi cama....pensaba que aunque me encantaba tener a mi hermana al lado, me costaría dormir si ella lloraba mucho. Pero entre que Celtia no llora casi nada y yo duermo muy profundo, al final es al revés...soy yo la que despierto a Céltica cuando tengo mis ataques de tos.
El siguiente cambio significativo fue cuando término el verano y la pequeña empezó la guardería y a mi en algún momento me dio un poco de envidia, me acordaba de mi época allí, donde no había deberes era todo jugar y divertirse.
El siguiente cambio significativo fue cuando término el verano y la pequeña empezó la guardería y a mi en algún momento me dio un poco de envidia, me acordaba de mi época allí, donde no había deberes era todo jugar y divertirse.
Mas tarde cuando Celtia tenia casi nueve meses, empecé a sentirme un poco enfadada por momentos, la peque ya no era ese bebe que no se movía y que yo mimaba cuando quería. Empezo a gatear, papa y mama tenían que estar mas pendientes de ella, y ella empezaba a pasar el día tocando mis juguetes y descolocando todo.
Y así llegamos al añito, Celtia "mi sol" ya camina...me manda besos y siempre esta muy atenta a todo lo que yo hago, me gusta sentarme a jugar con ella en la alfombra del salón, aunque ella no juega como yo....ella golpea los juguetes. Lo que menos me gusta es que siempre quiere robarme todo lo que estoy comiendo.
Y si hay algo maravilloso de tener una hermana es tener siempre alguien con quien jugar y me encanta ir a buscarla a la guarde y ver como camina hacia mi con una gran sonrisa.